Ciclo A

Exposición del Santísimo Y Oración

 

Exposición del Santísimo 

En San Pedro Apóstol TODOS LOS JUEVES de 19.30 a 20.30

En Santa María TODOS LOS DOMIGOS de 19.00 a 19.30

En Las Mínimas TODA la mañana de 9.30 a 13.00

 

 

 

 

 

 

DOMINGO XXV DEL T. ORDINARIO (ciclo A). 24 de septiembre de 2024

Is 55,6-9: Buscad al Señor mientras se le encuentra.

Sal 144: Cerca está el Señor de los que lo invocan.

Flp 1,20-24.27a: Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir.

Mt 20,1-16: “Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido”.

 

De sol a sol, del amanecer hasta el final de la tarde, son muchas las horas que pueden trabajarse. Las jornadas habituales del campo aprovechaban la claridad sin desperdicio. A lo largo de este amplio espacio laboral se desarrolla la trama de esta historia, una parábola inquietante, disruptiva conforme a los esquemas habituales, a la que resulta difícil encontrarle una lógica.

El contexto refleja la costumbre de tantos jornaleros que, en tiempo de Jesús, acudían a ciertos lugares del pueblo o la ciudad para ser contratados. Los grandes propietarios tenían a sus encargados, que se ocupaban de buscar al personal necesario para el trabajo. Los medianos o pequeños lo hacían ellos mismos. Este de la parábola, tendría que ser uno de estos últimos, porque es él quien se acerca a contratar, pero contrata a tanta gente que parece que su viña sería enorme, por lo que, tal vez, uno de los elementos para destacar es la involucración personal del amo en la contratación. Llama la atención que tenía más empeño el dueño de la viña en que trabajaran las personas con las que se iba encontrando que preocupación por los resultados del trabajo, del que no sabemos si era la vendimia u otro tipo de labor en el campo. De hecho, en la parábola nada se dice sobre cómo marcha el trabajo ni su resultado. Sí cuenta sobre el amo, los jornaleros y su salario.

Por una parte, por tanto, el propietario busca que no haya nadie desempleado. Llega a acudir hasta cinco veces a varios lugar del pueblo donde encontrarse con jornaleros sin nadie que los contrate. Solo con el primer grupo de trabajadores es con quien aparece que se acuerde un precio por la jornada laboral. ¿Los demás simplemente se fiaron? Esa confianza obtuvo su recompensa, porque el amo de la viña era bueno. Esta realidad, la bondad, será el elemento que él mismo aduzca para interpretar su actitud, incomprendida por quienes fueron contratados al amanecer y recibieron el mismo pago que los de la última hora de la tarde.

La bondad de Dios nos lleva a una interpretación de los acontecimientos que supera el concepto humano de justicia. Es fácil que sorprenda, si estamos sujetos a cierta lógica de los acontecimientos y de la retribución, y que esto nos lleve a considerar como arbitraria la forma de proceder de Señor. La desgracia, sobre todo si es repetida, de una persona cercana y buena suele llevar al planteamiento de por qué hay malos a los que les va tan bien y buenos que sufren tanto. El máximo interés de Dios es que todos, sin excepción, participen del trabajo en su propiedad, el Reino, y reciban los frutos de ese trabajo de modo multiplicado: la participación en la soberanía de ese mismo Reino, la vida y felicidad eternas. El hombre debe acercarse a trabajar con confianza, porque sabe que su señor es bueno, que el amo es generoso, justo y misericordioso. Ya es una alegría que se acerque a ti, personalmente. Llama a trabajar, pero te llama a ti en concreto y a la hora que sea, o en el momento oportuno. Un requisito importante es salir, al menos, a la calle, no encerrarse en la desesperanza. Mientras un busca, Dios se deja encontrar y la gratificación que Él concederá superará con muchos las expectativas, si la humildad y la confianza en Él se dejan maravillar por su bondad y su afán por que nadie se quede sin trabajo. 

Programación Pastoral 2021-2022