Ciclo B

Exposición del Santísimo Y Oración

 

Exposición del Santísimo 

En San Pedro Apóstol TODOS LOS JUEVES de 19.30 a 20.30

En Santa María TODOS LOS DOMIGOS de 19.00 a 19.30

En Las Mínimas TODA la mañana de 9.30 a 13.00

 

 

 

 

 

 

DOMINGO XXV DEL T. ORDINARIO (ciclo B). 22 de septiembre de 2024

Sab 2,12.17-20: “Dice que hay quien se ocupa de él”.

Sal 53: El Señor sostiene mi vida.

St 3,16-4,3: Los que procuran la paz están sembrando la paz.

Mc 9,30-37: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»

 

El buen maestro enseña por delante y por detrás, por arriba y por debajo, es decir: aprovecha cualquier momento, el propicio, para que el alumno aprenda, si quiere aprender. Entre los que fueron alumnos persevera en el tiempo el recuerdo de aquella maestra, aquel profesor, que les contagió la pasión de cierta materia, por ardua que pareciese en principio. De la otra parte, cuando no se llega a conectar con el interés, aun mínimo, del alumno, qué difícil, qué árida, qué indigesta la enseñanza.

Y es que, cuando alguien no quiere aprender del maestro que le toca, se busca el suyo propio. Hablando de la época de Jesús, eran los jóvenes quienes se acercaban a este o ese otro maestro para aprender de él, y se le solía pagar por ello; si no les convencía, cambiaban. Quien deambulase de maestro en maestro poco iba a aprender; tampoco quien tuviese varios maestros simultáneos y contradictorios. Un riesgo común antiguo y nuevo es no tanto dejarse enseñar, lo que supone abrirse, arriesgarse, renunciar, cuanto intentar ratificar las ideas, preferencias y gustos personales.  De esto sacan beneficio los aprovechados, también de antes y de ahora, los que hablan de lo que uno espera escuchar, que recibían el nombre de sofistas y ahora el de algoritmos.

En el caso de Jesús, es él mismo el que elige, pero no siempre le dejan hacer de maestro, especialmente cuando su enseñanza se les hace a los discípulos incomprensible o choca con sus propios intereses. Enseña en movimiento, yendo de camino y también sentado. En primer lugar sobre su pasión, muerte y resurrección. Al no entenderlo y darles miedo preguntar, los discípulos discurren en sus propias cosas y se hacen alumnos de lo que realmente les preocupa, su prestigio personal. Vuelve a enseñar el Maestro por segunda vez y lo hace sentado. Si no entendieron antes profetizando sobre su final, ahora toma como ejemplo a un niño para hablarles del servicio, de ser el último, de trabajar por amor.

Un corazón indispuesto a aprender más allá de sus propios intereses no podrá crecer en sabiduría, oponiendo resistencia a lo que se le siembre nuevo, fresco, liberador. Quien enseña bien lleva a descubrir en el interior aquello que no favorece el crecimiento personal, como denuncia Santiago en su carta en la segunda lectura. Por otra parte, también el que ha cedido su aprendizaje a sus propias pasiones no solo se hace daño a sí mismo, sino que, fácilmente, se convierte en una persona hostil para los que sí aprender bien y maduran y crecen.

Uno de los retos de la docencia actual es poder suscitar el deseo de verdad, de bondad, de justicia, de belleza entre los alumnos, acosados por los mensajes de redes a través de los dispositivos digitales, tanto pequeños como grandes, porque nunca se deja de aprender. Y en el ámbito cristiano, aprender del único Maestro para el amor a Dios y a los hermanos, para construir el Reino desde el servicio, para abrazar el misterio de la cruz y prepararse para la Resurrección. 

Programación Pastoral 2021-2022