Ciclo B

Exposición del Santísimo Y Oración

 

Exposición del Santísimo 

En San Pedro Apóstol TODOS LOS JUEVES de 19.30 a 20.30

En Santa María TODOS LOS DOMIGOS de 19.00 a 19.30

En Las Mínimas TODA la mañana de 9.30 a 13.00

 

 

 

 

 

 

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD (ciclo B). JORNADA PRO ORANTIBUS. 26 DE MAYO DE 2024

Dt 4,32-34.39-40: Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios.

Sal 32: Dicho el pueblo que el Señor se escogió como heredad.

Rm 8,14-17: Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios.

Mt 28,16-20: Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.

 

Rebosó el tiempo pascual con la noticia de la resurrección llenando cincuenta días y culminando con la fiesta del Espíritu Santo, Pentecostés. ¿Ya está todo dado? ¿Podremos aspirar a más? Regresamos al tiempo llamado “ordinario”, pero hacia él se ha derramado la acción del Espíritu Santo, que quiere llegar a todo rincón de toda persona en todo momento.

El Espíritu viene a nosotros para abrirnos puertas que, de otro modo, sin Él, no podríamos abrir. Una de ellas es la permite asomarnos a la Trinidad y conocer que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Su fiesta la celebramos el domingo siguiente a Pentecostés. Por el Espíritu de Dios que el Señor nos ha enviado, llamamos a la puerta de su casa y Él nos abre para que lo contemplemos como si fuera una familia. No se trata tanto de entender, sino de admirar cómo se aman, alabarlo, adorarlo y darle gracias. A esto nos enseñan quienes han sido llamados por Dios para asomarse constantemente a esta familia trinitaria, y que su vida sea un diálogo con ella para ayudarnos a nosotros a estar más cerca de Dios. Son los contemplativos.

Todo lo que podamos decir de Dios Trinidad es poco, escaso e incluso torpe. Pero hay que decir, porque a Dios nos tenemos que acercar amando, y el amor implica el corazón y la mente. El esfuerzo por saber quién es Dios es un signo de amor. ¿Quién es Dios Padre que nos ha creado y nos cuida con un amor misericordioso? ¿Quién es el Hijo que se ha hecho carne y ha dado su vida por amor y ha resucitado para que tengamos vida eterna? ¿Quién es el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que nos enseña a llamar a Dios Padre, a Jesucristo Hijo y hace fecundas nuestras vidas? Aprendiendo a contemplarlo, aprendemos también a descubrir cómo actúan cada una de las personas divinas en nuestra historia.

Cuando Jesús resucitado se les apareció a los once discípulos en el monte que les había indicado, se postraron, nos dice el evangelio de san Mateo, pero algunos dudaron. Esta duda puede ser consecuencia de no creer realmente que Jesucristo es Salvador y, por tanto, Dios verdadero; o puede tener que ver con el proceso de la fe, donde hay que ir creciendo en el reconocimiento de Cristo como nuestro Señor, dejándole actuar al Espíritu Santo en nuestro pensamiento y nuestro afecto para hacerlo más de Dios.

La despedida de Jesús resucitado viene acompañada de un mandamiento: ir y hacer discípulos a todos, bautizándolos y enseñándoles la enseñanzas que el Maestro ha compartido con los suyos, para que las guarden y las enseñen a otros. El poder que el Padre le ha dado sobre el cielo y sobre la tierra, lo ejerce con el envío del Espíritu Santo, para que su evangelio de amor vaya siendo conocido a través de la acción de quienes son sus amigos. No hay violencia, no hay proyecto político, no hay extorsión, sino amor para llevar a quien es la fuente del amor: la familia trinitaria donde Padre e Hijo no dejan de amarse en la unidad del Espíritu y quieren hacer partícipes a todos de ello. 

Programación Pastoral 2021-2022