Ciclo B

Exposición del Santísimo Y Oración

 

Exposición del Santísimo 

En San Pedro Apóstol TODOS LOS JUEVES de 19.30 a 20.30

En Santa María TODOS LOS DOMIGOS de 19.00 a 19.30

En Las Mínimas TODA la mañana de 9.30 a 13.00

 

 

 

 

 

 

DOMINGO III DE ADVIENTO (ciclo B). GAUDETE. 17 de diciembre de 2023

Is 61,1-2a.10-11: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido.

Salmo. Lc 1,46-50.53-54: Me alegro con mi Dios.

1Te 5,16-24: Estad siempre alegres. Sed constantes en orar.

Jn 1,6-8.19-28: “Yo no soy el Mesías”.

 

Irrumpe en escena el Bautista con una personalidad muy potente. Despierta la atención por su forma de vida, su sobriedad, la consagración a Dios y los gestos proféticos. Más aún por la repercusión de lo que hace, pues es capaz de convocar a gentes numerosas y de procedencias muy diversas.

Al fijar nuestra mirada en él, parece como si quisiera apartarla pronto de sí para encauzarla hacia el lugar donde se encuentra la fuente de claridad, al que él llama luz. Deja claro cuál es su misión y lo que no es, no sea que su atractiva figura lleve a confusión.

Los que el evangelista Juan llama judíos estaban un tanto confundidos por la persona de Juan. Se toman la molestia de enviar desde Jerusalén a sacerdotes y levitas para averiguar la verdadera identidad de Juan. Era innegable el efecto que había causado entre sus paisanos y, sin duda, la llamada a la conversión armonizaba perfectamente con la fe judía. Esto abría las puertas a sospechar que pudiera tratarse de un mensajero divino de especial relevancia… incluso el mismo Mesías. La sed que tenía el pueblo de referentes, de personas de Dios era grande en aquel momento, y las circunstancias sociopolíticas la avivaban. Comienza un interrogatorio donde los emisarios de Jerusalén preguntan y Juan contesta.

El diálogo sugiere la importancia de hacerse interrogantes ante personas y acontecimientos destacados, que no solo llaman la atención, sino que también parecen esconder algo grande e importante. La claudicación a la búsqueda a través de preguntas interesantes reduce mucho las posibilidades de encuentro. Las expectativas con las que se le preguntaba a Juan quedaban como desechas ante la negación a las posibilidades contempladas en torno a él. Finalmente viene a decir que lo que él es está en función de alguien mucho mayor, que da sentido a su misión y a sus gestos de profeta. Remite, por tanto, a Jesús, quien puede iluminar el misterio del hombre y Dios.

La misión de Juan parte de la elección de Dios Padre. No se marcha al desierto y a predicar la necesidad de arrepentimiento y el perdón de los pecados por sí solo, sino porque le precede un envío divino. Si no fuera así, a pesar de su buena voluntad, su obra estaría abocada al fracaso. De modo implícito el Espíritu Santo se encuentra presente en el pasaje. Es el que capacita para cumplir con la voluntad de Dios; el que hace ungidos para la misión.

La unción es un elemento protagonista en las lecturas. El profeta Isaías lo proclama, aunque no parece que de sí, sino de otro. La presencia del Espíritu que es el que unge, el que consagra, que el pertrecha para el combate, permite nuevas realidades que hagan frente a la injusticia y lleven la misericordia divina entre los pequeños. Una vida empapada del Espíritu causa una alegría incontenible y contagiosa. El Ungido sobresaliente es Jesucristo, quien recibe el Espíritu y lo puede dar. No es ya profeta que anuncia, sino actor principal que ejecuta el plan de Dios, porque Él mismo es Dios. La intervención de Juan nos prepara para que, tras haber escuchado a sus mensajeros, vayamos centrándonos en conocer más a Cristo, el niño de Belén cuyo nacimiento celebraremos en breve y cuya venida gloriosa estamos esperando. Mientras, nosotros, ungidos por el mismo Espíritu, debemos preocuparnos por facilitar el trabajo de este Espíritu en nuestras vidas y ser, de este modo, profetas de Jesucristo muerto y resucitado, indicadores, como Juan, del que verdaderamente es importante y al cual han de ver cuando se encuentre en nosotros con la alegría del Evangelio. 

Programación Pastoral 2021-2022