Ciclo A

Exposición del Santísimo Y Oración

 

Exposición del Santísimo 

En San Pedro Apóstol TODOS LOS JUEVES de 19.30 a 20.30

En Santa María TODOS LOS DOMIGOS de 19.00 a 19.30

En Las Mínimas TODA la mañana de 9.30 a 13.00

 

 

 

 

 

 

FIESTA DE LA TRANSFIGURACIÓN. Domingo 6 de agosto de 2017

 

Dn 7,9-10.13-14: Miré y vi. 

Sal 96,1-2.5-6: El Señor reina, altísimo sobre la tierra. 

2Pe 1,16-19: Habíamos sido testigos oculares de su grandeza. 

Mc 9,2-10: Subió con ellos solos a una montaña, y se transfiguró delante de ellos. 

No será por falta de luz. Las tres lecturas que nos ofrece la liturgia de esta fiesta se presentan luminosas. 

Primero la visión de Daniel, un relato que mira al final de los tiempos, redactado seguramente en un momento de dificultad,  ante el cual pretende alentar con esperanza por medio de una visión.En ella se descubre a Dios como el vencedor definitivo,

superando la situación aparente de derrota del tiempo presente. Luego el pasaje del Enos lleva a la montaña alta donde el Maestro se resplandece radiante, se transfigura, junto con Moisés y Elías, frente a tres de sus discípulos, que Él ha escogido para 

acompañarlo. Además, una voz del cielo, revela al Maestro como Hijo de Dios Padre. A mitad del camino del Evangelio según san Marcos, este episodio anticipa la resurrección final del Señor. Y,por último, la segunda lectura, del apóstol san Pedro, rememora este  momento de la transfiguración del cual él fue testigo ocular. 

Tanta luz y no por derroche innecesario, sino para que veamos. A más claridad, mayor comprensión también de la realidad. No faltan los momentos que, en principio, nos resultan confusos, desconcertantes, es decir, oscuros, y sobre los que hemos ido

recibiendo poco a poco entendimiento o claridad. Pero no bastan los puntos luminosos en nuestra vida, sino que se hace nesario tener una perspectiva amplia iluminanda, porque la realidad no puede comprenderse sino en panorámica, adquieriendo luz total que nos lleve al conocimiento de lo que Dios es para nosotros, lo que somos nosotros para Él. 

No es infrecuente hacer oposición a la luz-verdad, con oscuridad-mentira. La luz libera, la oscuridad esclaviza, porque enseña poco y mal. La transfiguración del Señor puso excesiva luz para los ojos de sus discípulos, que eran aún seguidores inexpertos de su Maestro de Nazaret.  Pero, lo que no entendían en ese instante, lo guardaron en su memoria para aclararse después, con la resurrección de su Señor. Porque la transfiguración es anticipación de la resurrección que tenía que venir. Es la claridad aún no asimilada, incomprendida, pero necesaria para que el ojo del discípulo se vaya haciendo a la nueva luz y se esfuerce por alcanzar una visión desconocida. Cristo, esclarece la Palabra de Dios transmitida por la Ley (Moisés) y los  profetas (Elías), con cohesión y belleza. Y más todavía, es revelado como el Hijo amado del Padre, a quien hay que escuchar. 

Si no hay reconocimiento de su mensaje que viene a nosotros, si no nos acercamos a Él como el que nos hace ver con la claridad más  necesaria como Señor de nuestra historia y salud de nuestros corazones, estaremos conformándonos con un ver a medias o un casi no ver, renunciando a la realidad

luminosa de nuestra condición: ser hijos de Dios. Para ello hay que mostrar atención a las oscuridades-mentiras con las que vivimos, aquello que proporciona

una imagen distorsionada, mermada, equívoca de lo que somos. 

Programación Pastoral 2021-2022