Terminos de uso

Exposición del Santísimo Y Oración

 

Exposición del Santísimo 

En San Pedro Apóstol TODOS LOS JUEVES de 19.30 a 20.30

En Santa María TODOS LOS DOMIGOS de 19.00 a 19.30

En Las Mínimas TODA la mañana de 9.30 a 13.00

 

 

 

 

 

 

Terminos de uso

Parroquias

Sacerdotes Santa María

 

ValentinSanchezRojasValentín Vicente Sánchez Rojas.

 

            Nací en diciembre de 1956 en Porzuna (Ciudad Real). Soy el primer hijo de una familia de labradores y este aspecto me ha marcado siempre en un amor al campo y a los problemas de las gentes que viven de ello. Es mucho lo que he aprendido de estas familias por todos los pueblos y zonas por las que he pasado...

            Fui vocación tardía. A los 18 años ingresé en el Seminario Diocesano de Ciudad Real para cursar los estudios superiores: Filosofía y Teología.

            Al terminar estos estudios, y después de “hacer la mili”, me ordené de sacerdote en mi pueblo natal un 24 de abril de 1983. Fui ordenado por el anterior obispo de la Diócesis Don Rafael Torija de la Fuente. Llevo, por tanto, 32 años de sacerdocio..

            Mi primer destino, del cual siempre recuerdo momentos y experiencias gratificantes, fue el Valle de Alcudia: Solana del Pino, El Hoyo, Solanilla del Tamaral, Hinojosas de Calatrava, Cabezarrubias del Puerto... Fueron años de dificultades: las malas carreteras, las enormes distancias para todo, las condiciones de vida y el consiguiente abandono que sufrían aquellas gentes por parte de la Administración,.. Pero fueron también años muy creativos, pues coincidimos un grupo de sacerdotes que trabajábamos en común y apostamos por una Iglesia donde la fe no fuese algo muerto, sino motor de vida y lugar de encuentro para todos.

Después de estos doce años por aquellas tierras, marché a Salamanca: un año sabático de estudio y descanso. Un año de reciclaje y de puesta al día en muchos temas bíblicos y doctrinales que con la actividad diaria en una parroquia vas dejando de lado...

Al terminar este curso, el obispo D. Rafael me nombró párroco de Villarta de San Juan. Además de ejercer de arcipreste durante 10 años, el último fui nombrado también párroco de Cinco Casas.

Y en septiembre de 2007 otro destino: la Parroquia de Santa María la Mayor de Daimiel. Es un paso muy importante en mi vida y estoy seguro de que todo me ayudará a crecer humana y espiritualmente para poder llevar a cabo el mandato del Señor: “dad gratis lo que habéis recibido gratis”.

Sé por experiencia que mi vida entera está bajo el signo del amor. Acontecimientos, personas, gozos y sufrimientos, errores y aciertos,.. nada escapa o queda fuera del amor de Dios. Ni siquiera mi pecado o mediocridad son un obstáculo. El Espíritu de Dios me sigue envolviendo con su amor.. nunca me siento solo.

            Y sé que la vida entera se me ofrece como un regalo, una gracia. Habito un mundo que se me ha regalado. Vivo en un momento de la historia que yo no he elegido. Soy amado por personas que no han sido creadas por mí. Mi vida no es sólo fruto de mi trabajo, ni siquiera resultado de lo que me aportan los demás. Debo mucho a muchas personas, pero ¿a quién he de agradecer el amor que siento, la confianza que me anima, la esperanza que me sostiene y la vida que me habita? Yo no me “explico” mi existencia sin el Espíritu de Dios.. y por ello, cada Eucaristía que celebro con vosotros, es una acción de gracias a ese Dios.

                                                                                             

 

 


 

 

Luis Eduardo Molina Valverde

 

Procede de Llanos del Caudillo, un pequeño pueblo de colonización, aunque se traslada con su familia a Manzanares cuando tenía tres años. Es el tercero de cuatro hermanos. A los once años comienza sus estudios en el Seminario Diocesano de Ciudad Real, donde permanecerá durante catorce años.

 

Durante un bienio amplió los estudios teológicos en el Seminario “San Dámaso” de Madrid estudiando en la Facultad de Teología de “San Dámaso” a los Santos Padres de la Iglesia. Recibiría la ordenación de diácono en junio y tres cuatro meses después de presbítero en la catedral de Ciudad Real de Don Antonio Algora, obispo de Ciudad Real. Con la ordenación del sacerdote recibe el encargo pastoral de la atención en equipo de varias parroquias del arciprestazgo de los Montes, con una atención preferente hacia la aldea de El Alcornocal, y las parroquias de Santa Quiteria, Fontanarejo y Alcoba, en torno al parque nacional de Cabañeros. Unos años después es nombrado consiliario de la asociación apostólica Reina de los Ángeles.

En el año 2010 es trasladado a Daimiel como vicario parroquial de la parroquia de Santa María, donde actualmente ejerce su ministerio.

Sacerdotes San Pedro Apóstol

Eulalio Asensio López.

 

Natural de Retuerta del Bullaque (18.4.1952), pueblo de los Montes Norte y enclavado dentro del Parque Nacional de Cabañeros. Familia de agricultores; la sencillez y bondad de corazón la aprendí de mis padres, creyentes como entonces se creía, misa los domingos, trabajar y hacer muchos favores a los demás, esa fue la vida de mi padre. Somos tres hermanos, muy unidos que siempre se han querido mucho y se siguen queriendo y todo es de todos. Y esto es lo que procuramos que mis sobrinos, hoy, aprendan y vivan.

Como veis, Dios llama, también en la comarca de los Montes  de Toledo. A los 11 años ingresé en nuestro Seminario y fui creciendo en todo, poco a poco, como un chico normal de aquella época, jugaba, estudiaba, le gustaba ser amigo de sus amigos, vacaciones, trabajos en el campo con mis padres y con compañeros en el verano para los gastos, así con sencillez, pero con ilusión y alegría – los mejores años de la vida los pasé en el Seminario-, hasta que un día de mayo de 1978, en Valdepeñas fui ordenado Presbítero por D. Rafael.

Un año de trabajo en Anchuras de los Montes, cuatro en Almadén y Guadalmez, siete en Brazatortas y sus anejos, un año de estudios en Salamanca, trece en Membrilla... y once, que va a hacer en verano de 2015, en San Pedro de Daimiel, total 37 años al servicio de la Iglesia...

He sido y sigo siendo feliz allí donde he estado... y el secreto y la razón es que mi forma de ser, abierto y alegre, han hecho que no me entregara a medias, y, aunque con muchos defectos y limitaciones he procurado ser siempre, el pastor de todos.
 
Tengo muy presente en mi vida de sacerdote - cada día más - estas palabras de San Pablo: " Sé de quién me he fiado";( ...) No tengas miedo de dar la cara por el Señor” (...) “toma parte en los duros trabajos del Evangelio según las fuerzas que Dios te dé.”

Esta ha sido y sigue siendo mi constante como sacerdote: confianza en el Señor; valentía para representarlo, en medio de un mundo que pasa de Él y trabajo responsable según mis cualidades y talentos. Espero que el Señor y vuestra generosidad para seguir “soportándome”, sigan siendo la causa y razón para seguir sirviendo a la Iglesia en Daimiel.

 


 

JacintoNaharroJacinto Antonio Naharro Alcázar.

 

Natural de Almadén (Ciudad Real). Ingresa en el Seminario Diocesano de Ciudad Real el 25 de septiembre del 1994, obteniendo en junio del 2001 la Licenciatura en Estudios Eclesiásticos dando por  finalizado  el periodo de formación en dicho Seminario. Durante el 2001 al 2002 realizó el año de experiencia pastoral en el Arciprestazgo del Valle de Alcudia, concretamente en la Parroquia de San Gabriel, Arcángel de Cabezarrubias del Puerto, donde al final de este curso, el día 1 de junio del 2002 en la Catedral de Ciudad Real recibió el Orden del Diaconado. Durante el curso 2002 – 2003 continuó su formación pastoral como Diácono en el Arciprestazgo Campo de Calatrava, atendiendo a la parroquia de San Andrés, Apóstol de Moral de Calatrava. Durante el tiempo de permanencia en esta parroquia, el 29 de marzo del 2003 recibió de manos del Sr. Obispo D. Rafael Torija de la Fuente el Orden del Presbiterado celebrando su primera Eucaristía en su pueblo natal el 30 de marzo del 2003.

En cuanto a su trayectoria sacerdotal:

    Durante seis años ha sido Párroco de la Parroquia de Santa Ana de Granátula de Calatrava. Administrador Parroquial de la Parroquia de San Bartolomé, Apóstol de Valenzuela de Calatrava. En estos años también ejerció de profesor en el Colegio de San Francisco Javier de Ciudad Real y en el Colegio de Nuestra Señora de la Merced, de las Mercedarias en Miguelturra.

    Posteriormente, durante cuatro años ha ejercido como Párroco de la Parroquia de la Asunción de Abenojar y Administrador Parroquial de las Parroquias de San Juan Bautista de Cabezarados y la Parroquia de Nuestra Señora de la Paz de Navacerrada.

    Desde los años 2009 hasta el 2011 realizó los estudios en Teología Litúrgica en la Universidad Pontificia de San Dámaso de Madrid, donde obtuvo el 18 de Junio del 2012 el titulo de Licenciado en Sagrada Teología con la especialidad de Liturgia. Actualmente es miembro de la Delegación Diocesana de Liturgia.

    El 22 de septiembre del año 2013 es nombrado como Vicario Parroquial de la Parroquia de San Pedro, Apóstol de Daimiel, donde actualmente está ejerciendo su ministerio sacerdotal.  

Historia Parroquia de San San Pedro Apóstol

                                   San Pedro Apóstol

        La Parroquia de San Pedro nació a consecuencia del crecimiento de la población de Daimiel. Las autoridades pidieron licencia al Emperador Carlos I, para edificar otra iglesia parroquial, a lo que accedió el monarca mediante provisión dada en Valladolid a 10 de Febrero de 1542. El documento, publicado por Hervás, es curioso:

        «Don Carlos, Rey de Castilla, de León, etc. etc. Por quanto por parte de vos, el Concejo, vecinos e moradores de la Villa de Daimiel, me fue hecha relación que en esa dicha Villa abía solamente una iglesia Parroquial muy pequeña, donde se dicen los divinos oficios, y está situada en parte que la cercan quatro calles, por manera que no se podía alargar ni ensanchar. E por ayer, como avía, en esa dicha Villa más de 1.300 vecinos y la dicha Iglesia ser tan pequeña, no cabían en ella los días de fiesta, de donde recebían gran daño e perjuicio. E allende desto en tiempo de invierno no podía el clérigo pasar a dar el Santísimo Sacramento a los vecinos de la dicha villa por unos barrancos que ay en ella ni venir por los dichos barrancos a oir Misa la tercia parte de las mujeres de la dicha villa».

        El documento prosigue, aduciendo más razones que, por brevedad, omitimos.

        Las «Relaciones» de 1575 se refieren a San Pedro de esta forma: «hasta doze años ha que se hizo otra parrochia que se dize Señor Sant Pedro, esta Iglesia no está acabada, que le falta más de la mitad del cuerpo della e la torre de quel pueblo padeze mucha necesidad porques mucha la gente e ay mucha apretura e tiene falta de ornamentos, que ay pocos, y de otras muchas cosas para el servicio de la dicha Iglesia. No ay capillas en ellas de ningún particular».

        El año 1587, el Ayuntamiento impulsó la terminación de las obras. Pero la Parroquia funcionaba desde veinticuatro años antes, ya que existen partidas de bautismo del año 1563. La capilla de la Concepción fue autorizada en 1616.

        Las características del templo son: planta de cruz latina, de orden dórico, bóvedas de ladrillo, arcos torales de cantería y suelo de baldosas de alfarería, hoy cubierto por el maderamen. Las bóvedas llevan una sencilla crucería, estrellada en el crucero y ábside.

        Las puertas eran tres, de las que restan dos. La principal o "del Sol" es moderna, de piedra artificial (todavía viven algunas personas que trabajaron a las órdenes del maestro albañil Rosario Megía, ejecutor de las obras); antaño se componía de dos huecos separados por un arco, todo bajo soportales. La otra, situada a los pies de la nave, es de estilo Renacimiento, recientemente restaurada. La que fue puerta de la umbría es la que da actualmente a la cochera de las carrozas.

        La torre es de planta cuadrada y, su parte superior, octogonal. Lleva una ventana cuadrada en el segundo cuerpo y otra de medio punto en el primero.

        El retablo fue destruido en 1936.

        El ábside, semiexagonal, está cubierto con cuatro cuadros del artista de nuestra ciudad Don Juan D’Opazo: «El Arcángel San Miguel» y «La conversión de San Pablo», a la derecha; «Jesús y San Pedro andando sobre las aguas» y «Aparición de la Virgen de las Cruces», a la izquierda; en el centro, una alegoría de gloria, también de D’Opazo, sirviendo de telón de fondo a un expositor en el que se venera la imagen de la Virgen de Ureña. Encima de éste expositor, hay una imagen de San Pedro, con tiara y en trono papal. En la parte superior del ábside, cuatro tablas que representan, respectivamente, a los Santos manchegos San Juan de Avila, Santo Tomás de Villanueva, San Juan Bautista de la Concepción y el Beato Fernando de Ayala. Todo ello, obra de Alfredo Lerga.

        El coro fue construido durante la época de la Desamortización. Se construyeron dos: uno, alto, que es el que hay actualmente y, otro, bajo, hoy desaparecido.

        La sacristía antigua era la actual capilla del Pilar, donde fue enterrado, en 1959, el Párroco Don Tiburcio Ruiz de la Hermosa.

        El actual espacio ocupado por la sacristía, salones parroquiales y cocheras para las carrozas es un "pegote" de posguerra.

Historia Parroquia Santa María

                                        Santa María La Mayor

        Es la más antigua de Daimiel y la primera en dignidad. Su origen se remonta a fines del siglo XIV, a juzgar por su fábrica, gótica u ojival. La traza del templo avala esta idea, pero queda sin explicar el problema de la ornamentación escultórica de los capiteles, que, por su simbolismo, pueden corresponder a más de un siglo antes. Probablemente, perteneció a los templarios.

        Es casi seguro que no sería éste el primer templo de Daimiel: cerca del castillo, lugar del asentamiento de la población inicial de Daimiel, había otro templo anterior, tal vez la iglesia de San Juan o la ermita de Santa Quiteria.

        Su estructura es la típica de los templos góticos, muy desfigurada por las sucesivas y no muy afortunadas reformas.

        Las «Relaciones» de 1575 dan noticia de Santa María de este tenor: «Una iglesia grande de tres naves de bóveda de muy buen edificio que la advocación della es de la Asunción de Nuestra Señora Sancta María, que con esta Parrochia a estado muchos años en este pueblo». El interior de la iglesia, «amplio y severo» como dice Portuondo, está dividido en tres naves, sostenidas por cuatro pilares que llevan cuatro pares de columnas adosadas, las cuales sostienen los arcos torales y formeros.

        Góticas muy apreciables son sus tres puertas: la de la umbría, que consta de un arco ojival que se apoya en dos sencillos capiteles con adorno de hojas; la principal, llamada "del Sol", consiste en un arco acortinado que no corresponde a la fábrica primitiva de la iglesia y puede ser de los primeros años del siglo XVI. La otra puerta, cegada desde los tiempos de la construcción del coro, es la mejor de las tres, pero la peor tratada. Sobre ella hay un rosetón ojival y, a la derecha, una pequeña saetera tapiada, que procede de la primera construcción de la iglesia.

        En el ábside, piramidal con óculos en los lados, había una sillería del siglo XVII, que desapareció. En el muro exterior del ábside hay esculpida una pequeña cruz de Calatrava, tal vez recuerdo de alguna efemérides o, más probablemente, de la terminación de las obras que reformaron el viejo templo gótico.

        La torre es muy posterior a la fundación del templo y, para construirla, se varió la armonía gótica de la construcción primitiva.

        Los retablos de esta Parroquia son posteriores al año 1936. El del altar mayor es obra del escultor Lara, de Socuéllamos; fue construido en el año 1960, siendo párroco D. Julio Mata Vázquez.

        En sus primeros tiempos, era administrada por un fraile calatravo y tenía organizado un cabildo de su clero para la oportuna administración. Sólo Daimiel y Almagro tenían dos Parroquias en el Campo de Calatrava, y sus rectores debían haber pasado un período de vida conventual en el castillo de Calatrava la Nueva. Las Encomiendas de Daimiel y Manzanares pagaban a las Parroquias daimieleñas un canon: en el caso de Manzanares, venía a ser una compensación por los derechos que los labradores de Daimiel pagaban al Comendador de aquella villa por trabajar en Aberturas, Madara y Moratalaz, dependientes de esa Encomienda; de 20 de noviembre de 1800 hay una declaración en tal sentido del administrador de la repetida Encomienda de Manzanares, don Martín de Urquiaga.

Programación Pastoral 2021-2022

Actos en honor a Virgen de las Cruces